Monster Hunter 4 Ultimate es heroína, pura y dura, sin
adulterar, de la que vendía Denzel Washington en American Gangster.
Afortunadamente, sus efectos no son los típicos de la droga, si bien su abuso
puede destrozar mi vida fácilmente: en apenas 5 días, he echado como 34 horas
al nuevo juego de cazar monstruos y construir armas y armaduras con sus
cadáveres escrupulosamente diseccionados. Así que como aún falta un mes para su
lanzamiento y su correspondiente análisis en esta, vuestra casa, vamos a avanzar
algo de su contenido.
Mi adicción a los Monster Hunter se remonta a los tiempos de
PSP y el primer Monster Hunter, que por razones incomprensibles llegó a
territorio occidental y que unos cuantos ya jugamos compulsivamente. Esta es la
cuarta parte de la franquicia, que desde aquella época se ha depurado a niveles
absurdos y ha conseguido que su fórmula sea accesible no solo para los cuatro
desgraciados que no teníamos otra cosa que hacer que matar Rathalos a pelo para
conseguir unas cuantas conchas.
Ah, los clásicos nunca mueren.
No, el grindeo de objetos y el tener que matar monstruos una y otra vez para conseguir buenos materiales no ha cambiado, pero los sistemas para conseguirlos son mucho más ágiles, empezando por nuestro personaje. Ahora, ni corto ni perezoso, nuestro cazador podrá saltar y trepar sobre ciertos monstruos, lo que permite romper partes de su coraza con mayor velocidad y hacer bastante daño. Eso sin contar lo muchísimo que mola y que sube hacerlo o que me hace recordar al genial Dragon's Dogma, de quien este juego ha aprendido bastante.
Esto de saltar no ha cambiado en nada la fórmula de
esquivar, correr, atacar, guardar arma para moverte mejor o para curarte/usar
un objetos que tanto caracteriza a Monster Hunter. En esta nueva edición no se
ha eliminado ni uno solo de los 'incordios' puestos ahí a propósito para que
nos aprendamos los patrones de todas las criaturas y ataquemos solo cuando no
van a hacernos volar unos cuantos metros tras 'acariciarnos' con la cola. En
ningún momento Monster Hunter 4 Ultimate pierde la esencia de la franquicia,
pero como decíamos, la refina bastante.
Las nuevas armas son un reflejo evidente de esta nueva
aproximación. No he tenido tiempo suficiente aún para sumergirme en sus trucos
y estrategias, pero de momento soy fan total de la Hacha Cargada, que usa dos
posiciones para atacar: una estándar y otra cargada que hace mucho daño después
de haber golpeado el enemigo con la posición inicial. Combina la velocidad de
una espada con escudo y la contundencia de un arma más pesada, y la adoro.
La Glaive Insecto me ha gustado menos, aunque entiendo su
potencial cuando se juega con otros jugadores. El insecto que lanzamos en
combate y que puede darnos bonificadores de diferentes tipos y hacer daño a
otros jugadores se puede combinar muy bien con cualquier estrategia, pero no sé
si es lo mío. Para el análisis prometo haberle dado más oportunidades, pero al
lado de la Hacha Cargada, de momento me parece muy floja.
Por último y para no alargar esto demasiado, Monster Hunter
4 Ultimate parece estar dándole más importancia a la historia que otros juegos,
pero sin fliparse: hacer misiones sigue siendo fundamental, aunque también
tener contentos a tus socios de la caravana y a los diferentes comerciantes y colegas
que nos ayudan con nuestras cacerías. También se ha potenciado el papel de
Street Pass con los camaradas y los felines, que se pueden intercambiar con
otros amigos para que así crezcan más y mejor.
Y con respecto a los monstruos, ay, qué decir. Monster
Hunter 4, el que solo salió en Japón, tenía como monstruo insignia al Gore
Magala porque luchar contra él era pura diversión y no especialmente difícil en
sus primeras formas. Sigue siendo un gozo en Monster Hunter 4 Ultimate, donde
sigue siendo el enemigo insignia en territorio europeo. El Tetsucabra es uno de
los nuevos bichos del juego y también es bastante grato en combate, aunque algo
lento para mi gusto pese a que su constitución indica lo contrario.
En definitiva, que solo tengo buenas palabras sobre Monster
Hunter 4 Ultimate, de momento. Lo más importante con este juego va a ser la
progresión y ver que no se deshincha como Tri tras unas cuantas horas de
repetición de patrones. Sus nuevos sistemas y sus nuevas armas parecen
suficientemente profundas como para asegurar unas cuantas horas de curiosidad y
diversión, pero mantengámonos aún escépticos.
Ahora bien, se ve bonito, se juega genial (sobre todo en una
New Nintendo 3DS, donde los tiempos de carga no equivalen a lo que tardas en
matar a un Kut Ku y la cámara se maneja sin la pantalla táctil) y parece el
Monster Hunter mejor hecho hasta la fecha. Además, que incluya multijugador
online, y no solo local, en la portátil de Nintendo es lo único que le hacía
falta. En fin, que vuelvo a las drogas, decidle a mi familia que les quiero.
0 comentarios :
Publicar un comentario